lunes, 18 de abril de 2011

MARATÓN DE MADRID 2011

Después de muchos meses sin escribir en el blog hoy me he visto obligado a sacar de mi cabeza la experiencia que viví ayer corriendo el Maratón de Madrid. Durante este tiempo he seguido, como siempre, corriendo carreras populares y de canicross, pero no he tiempo de escribir aquí ya que suelo hacerlo en Strands.


La previa al Maratón de Madrid no se presentaba muy bien. El miércoles me levanto con la garganta hecha polvo y el jueves y viernes estoy completamente afónico, por lo que la preocupación es máxima. Posiblemente mi cuerpo somatice los nervios con este tipo de reacciones, por lo que me mentalizo de que el domingo estaré en la salida del Maratón de Madrid sí o sí, y luego ya veremos qué pasa. El sábado estoy algo mejor pero no me encuentro bien del todo, así que decido descansar toda la tarde, cenar pronto y acostarme a buena hora. Escucho el Madrid-Barça por la radio ya en la cama y en el descanso apago la radio y a dormir.

A las 6:00h del domingo suena el despertador. Desayuno y saco a los perros. Sofía ya se ha despertado también y Tatiana desesperada intenta dormirla. A las 6:50h ya estoy con Alberto, vamos a Madrid en su coche, aunque antes pasamos a recoger a Javi (El Negro) a su casa en Sotolargo. Las sensaciones en el camino son malísimas, no he descansado bien, me duele la tripa y al no llevar las gafas me siento mareado.

Llegamos a las 8:00h a casa de Ruth, amiga de Alberto, nos preparamos y cogemos el tren destino a Recoletos. En el tren nos encontramos con Iván y Edu, amigos de Alberto, Javi y Ruth.

Son las 8:45h y ya estamos en la salida, a pocos metros del arco, gran ambiente y muchas dudas. Mi idea es salir muy lento, a 6’/km a ver qué pasa. Por suerte para mío no hace mucho calor. Ivan, Javi y Edu salen como motos y nos los veo en toda la carrera. Los primero metros voy con Alberto y Ruth pero enseguida veo que quieren ir más rápido y no quiero ser un lastre ni forzar en los primeros km’s, así que hago toda la carrera solo.

En los primero km’s voy cumpliendo el guión marcado, paso el km 5 en 29:31, perfecto. A partir de ahí comienza una ligera bajada y dejándome llegar paso el km 10 en 59:35. Me cuesta ir tan lento pero es mi única manera de tener opciones de terminar ya que me cuesta bastante respirar.

A partir del km 10 entro en mi barrio de toda la vida, cruzo Joaquin Costa, Plaza Rep. Argentina, Raimundo Fdez. Villaverde, Cuatro Caminos, voy disfrutando a tope y me voy encontrando bien, incluso aumento un poco el ritmo. En Bravo Murillo veo a mis padres que ha ido a verme y me hacen esta foto para el recuerdo:

Sin darme cuenta me planto en Fuencarral, el ambiente es increíble, cruzo Gran Vía, Sol, Calle Mayor, el ánimo de la gente es fundamental para seguir luchando. La calle Bailén se pasa por el túnel por coincidir con la procesión del Domingo de Ramos. Al entrar al túnel la gente se vuelve loca y comienza a gritar OE, OE, OE, OE…, como si fuésemos hooligans camino del estadio. Enseguida paso la Media Maratón, siguiendo a rajatabla el objetivo: 1:59:24. Si mantengo este ritmo puedo terminar en 4h, pero eso es lo de menos, sólo quiero llegar al Retiro. Por ello decido no mirar el cronómetro hasta el km 35 y simplemente disfrutar de la carrera. Aunque me cuesta no echarle un vistazo de vez en cuando cumplo la propuesta y después la amplío hasta el 40, incluso.

Entramos ya en la Casa de Campo, me habían hablado tan mal de este tramo que hasta me gustó, me lo esperaba solitario y había bastante animación, era bonito ver el lago con las barcas, ciclistas y corredores entrenando.

La salida de la Casa de Campo es espectacular, casi en fila de uno pasamos por una pasillo de gente que anima si parar. En breve llegará el momento más emocionante de la carrera, cuando en Puerta del Ángel está Tatiana dejándose la voz animándome. Me paro a darle un beso y sigo con más energía y motivación, tengo que terminar esta carrera, los entrenamientos los he hecho yo pero el esfuerzo ha sido de toda la familia y más con un bebé de 5 meses en casa. Fue una bonita sorpresa ya que no esperaba que estuviera allí, espera verla en la meta.

Poco a poco me voy acercando al temido “muro”, km 35, en cuanto lo paso mis piernas automáticamente se ponen a andar. Increible. En este momento la carrera está en peligro, no sé si seré capaz a estas alturas de ponerme a correr de nuevo. Ando durante 300m mientras bebo agua y sorprendentemente no me cuesta continuar la carrera. El peligro a pasado.

Del 35 al 40 esperaba mucha más pendiente de subida, así que se me hace más llevadero de lo esperado, eso sí, cada km era largo, largo, parecía que no terminaba nunca. En la Puerta de Toledo aparece mi hermano Julio por sorpresa, tampoco le esperaba, y me hace algunas fotos:





A partir del 39 la pendiente empieza a ser más pronunciada en Alfonso XII y me parece un muralla infranqueable. No me queda más remedio que andar un poco, temo que si sigo corriendo me quede en el sitio porque ya voy muy justo de energías. Retomo la carrera y en el 40 miro, por fin, el reloj, llevo algo menos de 4h pero no llevo margen suficiente para terminar en ese tiempo.


El km 41 es un infierno, y el km 42 lo hago prácticamente andando. Mi hermano aparece de nuevo dándome ánimos y haciéndome más fotos:


Ya estoy en O’donell, antes de entrar al Retiro vuelvo a correr, hay mucha gente y muchas cámaras y hay que mantener el tipo, je, je. Justo en la puerta están Lorena, Bea, Belén, Félix y Edu. Ya encaro la recta final, que se hace larga, y a pocos metros de meta me pega un grito José Luis y le respondo dedicándole un ”air guitar” aprovechando una canción cañera que sonaba por megafonía. Busco como loco la cara de Tatiana entre la gente y no la encuentro, lo cual me preocupa. Después me cuenta que ha tenido una pequeña odisea en el metro con Sofía y no han llegado a tiempo. Para mí es como si hubiera estado porque sentía su aliento en todo momento, desde el km 1.

Al pasar por meta soy el hombre más feliz del mundo, lo he conseguido, soy maratoniano, he cumplido el objetivo. El tiempo final, aunque es lo de menos: 4:13:20h.


Mi lamentable estado al terminar es este:





Al rato me encuentro con Alberto, ha terminado antes que yo con un tiempazo de 3:55h. Hemos hecho la preparación juntos, nos hemos metido muchos km’s juntos, aunque el músculo que más ejercitamos es la lengua, que nadie piense mal, pero es que no paramos de rajar desde que salimos hasta que llegamos. De hecho hemos quedado esta mañana para comentar las jugadas más destacadas de ayer mientras sacábamos a los perros, era un espectáculo vernos caminar. Alberto es un luchador, un ganador, en cada entrenamiento me hace esforzarme al máximo y también ha sido uno de los pilares que me ha permitido terminar este Maratón:


Esta carrera me ha enseñado mucho, hay que tenerle respeto a la distancia y sobre todo al perfil en la zona final que es matador. He aprendido que hay que ser disciplinado: me tomé un gel de glucosa en los km’s 10, 20 y 30 con media botella de agua; en los km’s 15, 25 y 35 bebida isotónica que llevaba en el cinturón; había probado todas la prendas en los entrenamientos y gracias ello no tengo rozaduras ni ampollas. También ha sido muy importante la concentración durante la carrera, manteniendo mi ritmo y sin dejarme influenciar por nada ni por nadie. El esfuerzo ha sido físico pero también mental. Ha sido una gran experiencia desde que me apunte hace 3 meses hasta que pasé cruce la meta en el Retiro.

Hoy tengo mucho dolor en las rodillas, ya me llaman el Robocop de Marchamalo. Apenas he dormido, no sé si tengo hambre o no, si tengo sed o no, la sensación es extraña.

Para los curiosos, esta ha sido mi evolución en carrera.

Mis entrenamientos de las últimas semanas podéis verlos en strands, me hubiera gustado sumar más km’s pero no ha sido fácil sacar momentos para entrenar.

Ahora me toca cumplir una promesa que le hice a una persona muy querida que desde algún sitio y de alguna manera estuvo ayer empujándome para que cada zancada me costara menos esfuerzo.

Las últimas palabras tienen que ir dedicadas, como no, a Tatiana y Sofía que han sufrido mis entrenamientos, mis descansos, mis recuperaciones, las obligaciones que he dejado de hacer y el tiempo que no les he dedicado como se merecen, aunque yo haya pasado por meta el esfuerzo ha sido de los tres, por eso os dedico esta carrera, os quiero mucho.







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